Podría el viaje alargarse,
la carretera prolongarse,
aunque la haya recorrido infinidad de veces,
y me sepa de memoria los paisajes;
podría el trayecto estancarse,
bajo el cielo plomizo, el azul eléctrico de las nubes de frío y lluvia,
los remolinos de buitres,
conducir de manera infinita por los parajes;
sin querer llegar, desmontar y deshacer el equipaje,
sin deseo de escuchar aunque sea otra canción, nuestra canción,
con las manos al volante, a los pies la calefacción,
las gotas contra el parabrisas,
la humedad formando vaho en los cristales;
podría la noche no arribar, y el sol no alejarse,
aunque no se vea, tras el cielo algodonado como plumaje;
podría tenerte a mi lado y
en mi cárcel de tiempo y de nostalgia encerrarte,
en este momento congelado,
si que avance, sin que me libere,
perpetuamente los mismos escenarios, idénticos de árboles,
el resplandor sosegado, las encinas, las higueras, la vegetación de ribera,
el ganado bravo, los alcornocales;
pero si se hace especial el día,
y repetir quiero, por siempre, por la eternidad, que se reitere,
y al pueblo no llegar,
es por añorarte.
Tienes una dulzura que realza el momento , es que describes el regreso de tu viaje de una manera especial, describes la región por donde estás transitando, añoras un tiempo pasado y aparentemente tienes a tu lado una persona que te es especial y en ella pones el deseo de alrargar tu regreso.Me encanta tu modo de exteriorizarte en tus deseos .Manuel Sierra , tengo el agrado de volver a leerte Con admiración Lidia Angela
Siempre agradecido de que me leas y me comentes